RESEÑA BIBLIOGRÁFICA DE LA OBRA
Autor: Lucía Baquedano
Título: Cinco panes de cebada
Edición: 25º
Editorial: Gran Angular
Lugar y año de la publicación: Madrid, 2000
Número de páginas: 175
Conocimiento del autor: Lucía Baquedano Azcona nació el 18 de diciembre de 1938 en Pamplona. Estudió secretariado y trabajó durante 9 años como secretaria en una empresa, hasta que contrajo matrimonio y se trasladó a Tarragona. De regreso a su Pamplona natal, fue madre de cuatro hijos que ya le han hecho abuela.
Esta escueta relación de datos esconde el semblante de una reconocida autora en la literatura infantil y juvenil contemporánea y de una de las más destacadas escritoras navarras. Un semblante que creció entre libros y que Lucía Baquedano forjó desde niña. Lecturas que conformaron su adolescencia y que Lucía cultivó en su hogar y en las bibliotecas. Un universo literario y una experiencia lectora que constituyen el germen de su propia capacidad para fabular.
Gobierno de Navarra. Navarra.es. Guías de lectura. Recuperado de
http://www.navarra.es/home_es/Temas/Turismo+ocio+y+cultura/Bibliotecas/Recomendamos/Guias+de+lectura/Baquedano/biografia.html
Autor: Lucía Baquedano
Título: Cinco panes de cebada
Edición: 25º
Editorial: Gran Angular
Lugar y año de la publicación: Madrid, 2000
Número de páginas: 175
Conocimiento del autor: Lucía Baquedano Azcona nació el 18 de diciembre de 1938 en Pamplona. Estudió secretariado y trabajó durante 9 años como secretaria en una empresa, hasta que contrajo matrimonio y se trasladó a Tarragona. De regreso a su Pamplona natal, fue madre de cuatro hijos que ya le han hecho abuela.
Esta escueta relación de datos esconde el semblante de una reconocida autora en la literatura infantil y juvenil contemporánea y de una de las más destacadas escritoras navarras. Un semblante que creció entre libros y que Lucía Baquedano forjó desde niña. Lecturas que conformaron su adolescencia y que Lucía cultivó en su hogar y en las bibliotecas. Un universo literario y una experiencia lectora que constituyen el germen de su propia capacidad para fabular.
Gobierno de Navarra. Navarra.es. Guías de lectura. Recuperado de
http://www.navarra.es/home_es/Temas/Turismo+ocio+y+cultura/Bibliotecas/Recomendamos/Guias+de+lectura/Baquedano/biografia.html
CONTENIDO
FUNDAMENTAL
Muriel
es una chica joven, de Pamplona, acaba de terminar la carrera de Magisterio, y
con resultados satisfactorios, lo cual le da la seguridad de que va a conseguir
trabajo en un “buen” colegio de la capital.
Lejos
de lo que ella espera, su primer destino es Beirechea, un pequeño pueblo de
Navarra. Ella va disgustada y decepcionada. Cree que merece algo mejor.
El
viaje en autobús, la llegada al pueblo, la primera visita a la escuela… todo le
parece horrible, en el plano personal, también se siente mal recibida. En ese
primer momento, ya está pensando en que va a pasar poco tiempo en ese pueblo.
Esa
noche se acuesta con todos estos pensamientos negativos, pero con un gesto de
cariño de la abuela de la casa. Al despertarse por la mañana lo ve todo de otra
manera, comienza a atisbarse algo más de optimismo en cómo vive y cuenta las
cosas.
A
partir de aquí, la historia discurre en el esfuerzo que pone Muriel de
adecentar la escuela, de conseguir que los niños asistan a las clases (esto, en
ocasiones es difícil, ya que en alguna familia, en época de mayor trabajo en el
campo, hacen falta todas las manos, y se deja de ir al colegio).
Muriel
encuentra dificultades a la hora de poner en marcha las cosas, pero también
empieza a encontrar apoyos. Ella tiene una gran capacidad de esfuerzo, y no se
rinde fácilmente, poco a poco empieza a tomar conciencia de la buena labor que
puede hacer allí. También se siente acogida por la gente. Tiene mano izquierda
para el trato con las familias, y se va ganando a todo el mundo. Y el pueblo, y
sus gentes, también se han ganado a Muriel.
Al
volver a casa por Navidad, siente que algo ha cambiado en ella, lo que hasta
entonces era familiar, lo cotidiano en su vida, cada vez lo es menos. Se siente
algo extraña con los suyos.
Tras
la Navidad, aparece un personaje nuevo, que va tomando más protagonismo a lo
largo de la historia, Javier, un hombre mal considerado por la gente del
pueblo.
La
siguiente vez que vuelve a Pamplona, es evidente el cambio de Muriel. Siente
que ya no encaja en la ciudad, en los hábitos, tiene algún roce con su familia,
que no entiende del todo esa transformación en ella. Regresa a Beirechea en el
autobús, y allí se vuelve a encontrar con Javier.
La
hermana de Muriel, le ofrece trabajo en Pamplona, y Muriel lo rechaza. Rechaza
el tipo de escuela con la que soñaba en un principio.
Comienza
a verse más con Javier, siente necesidad de compartir sus conversaciones con
él. En la recta final del libro, se van materializando las consecuencias de los
empeños de Muriel, cambios en las relaciones entre gente que no se hablaba hace
años, la posibilidad de que una de sus alumnas pueda continuar sus estudios en
la capital… Muriel ha cumplido su tarea.
La
relación ente Javier y Muriel va afianzándose, y deciden casarse y quedarse a
vivir en el pueblo, donde queda mucho por hacer.
VALORACIÓN
PERSONAL.
La
lectura del libro me ha resultado muy sencilla. Tiene una literatura muy fácil
y fresca. Lucía Baquedano cuenta la historia sin grandes alardes ni adornos.
Nos muestra el poder que tiene el amor a lo cotidiano, el espíritu de
superación, el tesón y la constancia, la confianza en la capacidad de cambio en
las personas… un montón de valores que a veces parece que han caído en desuso.
Cuando
Lucía Baquedano escribe este, su primer libro, ya es una mujer madura, y me da
la sensación de que con la distancia de la edad, evoca experiencias o
sentimientos muy propios de la juventud, y los describe con sencillez y
nostalgia. Consigue que Muriel vaya creciendo en personalidad ante nuestros
ojos. Aparece ante nosotros como una jovencita con algún aire de grandeza, una
maestra “recién salida del horno”, que se mueve en cierto modo en el plano
teórico, debido a que considera que por tener buenas notas, lo tiene todo
hecho, pero sin experiencia en la docencia, y partiendo de una vida
relativamente fácil.
Muriel
llega a Beirechea cargada de prejuicios, y se topa con los prejuicios y las
inercias de los habitantes del pueblo. Pero es una muchacha con muy buen fondo,
y con gran capacidad de trabajo, y es permeable al cambio.
El
trabajo que le espera en Beirechea, no es fácil, ni mucho menos, pero ella se
crece ante las dificultades. Poco a poco va apareciendo ante nosotros una
Muriel que madura, a base de contratiempos y problemas, a base de tener que
trabajar duro para conseguir su propósito y a base de sentido común, que va
demostrando página a página no carecer de él.
El
relato de la historia de Muriel, me evoca la importancia de implicarse en el
trabajo, más aun cuando este es vocacional. Ella podía haber llegado a
Beirechea, cumplido su trabajo con mucha profesionalidad y poco corazón,
terminar el curso, y marchar. Seguramente hubiese pasado una inspección con un
aprobado, pero la actitud, la implicación personal de Muriel consigue algo más
que superar un curso académico. Consigue educar. Provoca cambios en torno a la
escuela. Provoca cambios en la vida de las personas, y en la suya propia.
Me
he sentido identificada en algunas ocasiones, o he sentido complicidad. Estoy
muy familiarizada con el entorno rural, mi pueblo tiene poco más de doscientos
habitantes. Reconozco esas características de los niños del pueblo, esa
frescura, esa autenticidad.
A
raíz de esto pienso que esas diferencias entre niños de entorno rural, y niños
de entorno urbano, son cada vez menores, debido a las nuevas tecnologías, el
ocio de los niños ya no es igual que hace unos años. Ahora todos han
“uniformizado” su ocio a base de máquinas y ordenadores.
En
este sentido, el hecho de que te destinen hoy en día a un pueblo, no tiene nada
que ver con la experiencia de Muriel. Hoy estamos todos conectados a nuestros
familiares y amigos gracias a los móviles. Y en un momento llegamos a la
capital desde el pueblo. Estamos en la cultura de lo inmediato, y en el libro,
Lucía Baquedano nos muestra a una Muriel que tiene que esperar, que anhela
encuentros, noticias… que necesariamente tiene que cultivar la paciencia… y
esto lo estamos perdiendo.
Muriel
también nos descubre una gran vocación por la enseñanza, y la confianza en el
poder de la educación. La maestra del principio, poco se parece a la del final.
Consigue motivar a los alumnos, propicia que las familias se impliquen, y que
algunos cambien sus decisiones en pos de la educación. La tarea que lleva a
cabo en Beirechea, trasciende a sus funciones como maestra.
En
cuanto a la Muriel que vuelve a casa en las vacaciones, es una Muriel tan llena
de experiencias poderosas, de las que llenan el alma, que siente que lo que
había tenido hasta el momento no es suficiente. Necesita tener esa sensación de
ser útil, valiosa en algún sitio. Cuando leía sus visitas a casa, sentía que yo
eso ya lo había vivido. Me hace pensar que es un proceso gozoso, si con él se
encuentra el verdadero sentido de lo que se busca. No tendría sentido pasar la
vida buscando experiencias distintas, y volviendo de visita a lo “cotidiano”.
Denotaría falta de objetivos, un no saber qué hacer con la vida, que a la larga
se traduciría en descontento con todo.
Y
es que, en definitiva, nuestro destino se construye con las decisiones que
vamos tomando día a día. La vida no tiene paréntesis. Se toman caminos que nos
llevan a lugares distintos. Y cada camino que tomamos, nos dota de unas
experiencias propias de él, distintas a las de otros caminos. Hay que saber
elegir los caminos, pero también hay que saber equivocarse y dar media vuelta.
De todo se aprende. Y es que la vida nos educa. Cada día.