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Fotografía propia |
Enseguida empezaron las
tardes de biblioteca, yo no entendía por qué Sara quería llevarse siempre los
mismos libros, ¡con todos los que había! Eran los que le gustaban. No le
importaba leerlos una y otra vez.
Me alegra que siga
teniendo gusto por la lectura, y que sigamos compartiendo, aunque de otra
manera, el “cuento de ir a dormir”.
Hace unos días que
comenzamos la lectura de “Canción de Navidad” de Charles Dickens. Nos vamos a
mi dormitorio, nos ponemos cómodas en la cama, y leemos en voz alta, nos vamos
turnando. Es nuestra nueva manera de prepararnos para la llegada de la Navidad.
Tengo una amiga que lo lee con su madre desde hace unos años. Y la idea nos
gustó, por eso estamos probando.
Dickens es muy
descriptivo y esta adaptación tiene palabras poco habituales en la literatura
infantil, por eso, a veces hay párrafos que Sara no comprende muy bien.
Entonces paramos y se lo “traduzco”. Pero me parece bueno que vaya escuchando
palabras nuevas, que se le vaya complicando un poco la lectura.
Sara, aunque le da
mucha vergüenza, ha accedido a que grabe un fragmento de su lectura, esto no es muy habitual,
sé lo que le cuesta. Por eso lo valoro más aún.
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